Truth or Dare

Si lo hecháramos a suerte a lo mejor se nos iría la vida entera por un abismo. Creo que antes de caer rendida hacia la nada, hacia el sin rumbo, desearía perderme en tus ojos, así fuese sólo por un instante. Qué lancen los dados de una buena vez! Qué decidan mi suerte, ya que al fin y al cabo, poco tengo que perder y es aún más lo que puedo ganar. Llamémoslo una corazonada, un hunch que llaman en el algor popular. Aún así, qué me lleve el diablo si me he de equivocar en esta ocación, en la cual el mismo viento me ha confezado que está a mi favor. 

Mientras tanto me limitaré a extender mis brazos hasta alcanzar las nubes y tener la posibilidad de agarrarme de éllas en caso tal que lo llegue a necesitar; en caso tal de que mi instinto me abandone y decida deleitarse morbosamente al verme caer. Mientras me elevo hacia la misteriosa nada de la noche, las cadenas que me mantienen amarrada a mi realidad me hacen refleccionar y evocan mis miedos más profundos; miedos que podrían arrancarme las alas y alejarme de ese futuro que he estado reprimiendo por años. Me muero de curiosidad por saber que pasaría si me dejara guiar ciegamente sólo por medio del instinto; el mismo que se reusa a dejarme dormir por la sencilla razón de recordarme esa imagen una y otra vez. En el momento que cómodamente la adopto, para que ésta pase de ser tan solo un pensamiento fugaz, la soledad se apodera de mis sábanas y siento una indiferencia que se me escurre entre los dedos.

Me encantaría entrar en un desespero impulsivo, pero considerando la desemejanza de la situación que enfrentamos (y me atrevo a hablar en plural ya que sé que en esta travesía no camino sola...) actuo más bien con cautela. A pesar de ser profeta y mesias de la doctrina del ValeVerguismo y del ImportaCulismo, en esta ocación la historia no será narrada en un eterno e insignificante presente continuo. Es aquí donde ya he decidido jugarme el todo por el todo y arriesgar desde mi dignidad hasta mi ropa, de la misma manera que hace dos mil años se jugaron las prendas del tan clamado rey de los judios (el INRI ese que llaman por ahi...). Truth or dare? Now that you know the truth, let me dare!

[[MORE]]

It's inevitable to just wonder if, at some point during our short journey, our thoughts have met half way. I only wonder, and yet wondering alone is what has kept me awake once again. I also wonder about the reasons that disarmed me and compelled me to lower my guard and decide to leave my predisposition behind when it comes to the idea of you. You, the word I had suppressed from my dictionary. You, the nemesis of my egocentricity. It is You, the reason of my morning thoughts, the wondering of my afternoon, the longing of my evening, and my deepest desire. As I continue wondering, I find myself and my solitude sitting side-by-side, enjoying a cold cup of rooibos, with an intense need to shed its loneliness through my pores; the pores that belong to the two of us. Yet again, although there are no reasons to evoke tears in my eyes, I am afraid. Afraid of not being able to control those situations foreign to my own body. I am scared shitless of letting the devil in disguise torture me by allowing me to caress his velvet hair and dream of a future shaped in the form of a Capulet and Montague sonnet, which may actually never come. Here's hoping, here's longing, here's wishing, here's me, while your existence is parallel to mine. Prende garde à ta langue!

Continuaré escribiendo hasta el amanecer, hasta que el canzancio me quite la sed de volverte a sentir otra vez. Seguir divagando en estos pensamientos que me mantienen viva, apesar de permitirle a la muerte que de vez en cuando se acobije junto a mí. Mientras tanto lleno mi boca de rooibos, siento como su almiscle de cardamomo, canela y un no se qué, se tambalean entre mis papilas gustativas hasta llegar a mi garganta, momento en el cual el líquido abandona mi boca y siento la necesidad de refrescar mis labios con un sabor al que asociaré con tu inmensa dulzura, solamente porque se me da la gana. Dulzura que me está embriagando de tan solo pensar en ese martes de octubre.

Será que me estoy equivocando demaciado? Ojalá y no sea así. Es más, no recuerdo la última vez que pasé por algo como ésto. Me atrevería a decir que nunca, sin embargo prefiero no especular. Por lo pronto cumplí el objetivo de esta noche: no dejar que estas palabras se las llevara el viento, de la misma manera que la noche antes del martes, Sandy se me llevó las hojas del árbol que me saludaba cada mañana. 

Yours Truly,

Fraulein Andrea MMXII